miércoles, 12 de diciembre de 2012

Toni des Bar y el invento venido de allá lejos


Una tarde de verano me acerqué al bar de “Toni des Bar” para comprar tabaco. Al bajar del coche me sorprendió verle de pié, muy firme, frente al arco de hiedra que cubre la pequeña escalinata a la terraza que da entrada al bar, junto a un extraño aparato color rojo Ferrari, muy del estilo de la marca “ACME”. También me extrañó que en la terraza estuvieran sentados en fila todos los clientes habituales, mirando, muy callados, como si de una función de teatro se tratara.






-Hola Toni, ¿Qué es ese aparato?
Me explicó que era un “ahuyenta pájaros”. Que estaba harto de que los dichosos pajarillos se comieran toda su cosecha de frutales.
-Lo encargué hace ya tiempo. Ha tardado en llegar porque viene de allá lejos… de allá lejos…. de allá lejos….
Cada “allá lejos” lo acompañaba con el brazo ondulante señalando hacia el noreste y con cada “allá lejos” mi mente iba cruzando fronteras. Cuando yo ya estaba a punto de llegar a la antigua URSS y de entender el porqué de ese rojo chillón, Toni exclamó “…de allá lejos… De Girona!!!!....”  Con lo que me devolvió a un “acá cerca” de un plumazo.
“¿Quieres que te enseñe cómo funciona?” Accedí rápidamente. Qué curiosidad.
Toni se agachó y manipuló por aquí y por allá. “Ya está.  Apártate un poco”  Subí al primer escalón y me quedé esperando allí, enmarcada en el arco de hiedra. Los payeses a mi espalda seguían sentados en fila, muy callados y muy atentos.  Toni esperaba muy serio.
Pasaba el tiempo, pero era lo único que pasaba. Empecé a pensar que quizás aquel aparato era de ultrasonidos y que por mucho que esperáramos no iba a pasar nada más. No acabé de pensar la palabra “ultrasonido” cuando una explosión me hizo saltar hacia atrás y empotrarme (a lo dibujos de la Warner) en la hiedra, que afortunadamente estaba allí para salvarme la vida.  Las carcajadas de todos los del palco me hicieron reaccionar del susto. Toni des Bar, llorando de la risa, me ayudó a desempotrarme.
Me temblaban las piernas.

-Pero Toni ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha sido esa explosión?  
Entre risas me explicó el funcionamiento. Aquel armatoste rojo URSS, contiene una bombona de butano de las de toda la vida. Se abre el gas y se va acumulando en un apartado. Una vez lleno se enciende una chispa que lo hace detonar. Vamos, una explosión de gas en toda regla.
-Toni, eso no ahuyenta sólo pájaros! Eso ahuyenta TODO….!!!!! 
Toni des Bar, no paraba de reír y yo intentaba recobrar la compostura, pero no era fácil, de verdad.

Entramos a por el tabaco y me explicó que una vez, “a uno de por aquí cerca… de por aquí cerca…” que tenía la misma máquina,  le había explotado mientras lo transportaba en su Seat Panda. “Casi se mata, oye…  Una risa!!!” decía entre carcajadas.

-¡Estoy deseando enseñárselo a mi madre!
Cuando me disponía a decirle que no, que tuviera cuidado, (Su madre, que en paz descanse, era una mujer de unos ochenta y pico años, muy menudita. No era cuestión de empotrarla en la hiedra… ) entró un hombre en el bar.
  
-¿Què és això que tens fora? (¿Qué es eso que tienes fuera?)
-Espeeeeera…. Espeeera…  Que ahora  te lo enseño....

Ahí comprendí la hilera de payeses en la terraza tan serios y callados. Toni des Bar había ido asustando uno a uno a todos los presentes. Todos querían ver  la reacción del siguiente.
No me quedé a ver al nuevo y me arrepiento, pero sinceramente, mi cuerpo no aguantaba una explosión más ni estando preparada para ello.

Al cabo de un mes todos los habitantes del valle firmaron un escrito para que Toni des Bar, dejara de ahuyentar pájaros. Pasamos un mes de locos. Era verano. Todos dormíamos con las ventanas abiertas y cada mañana a las cinco en punto el valle entero se despertaba de un sobresalto y con explosiones entre intervalos de diez minutos de paz.
¡Insufrible! Pero, …. y lo que nos reímos todos…. 

8 comentarios:

  1. Verídico 100%. Me río cada vez que lo recuerdo.

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  2. ¡Qué genial, Susana! He visto la estampa como una película del Oeste o la España rural... Ese humor no hay que perderlo nunca!! Y tienes una buena dosis y una magnífica pluma. Gracias por las risas :))

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  3. Esta anécdota es muy García Márquez. Sobre todo la última parte, cuando explicas que los habitantes del valle firmasteis un escrito anti-explosiones. ¡Me encanta, Susana!

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  4. Jajaja, me has hecho reír a gusto. En las comarcas de donde vino aquel artefacto utilizan métodos parecidos para ahuyentar, sobre todo, a los estorninos: he llegado a ver en un pueblo colindante entre Gerona y Barcelona una especie de disparador de cohetes pirotécnicos hecho con un reloj despertador de los de toda la vida y un brazo mecánico que encendía un mechero y lo arrimaba a la mecha del cohete, cada rato se escuchaba el pssssssssttttt ---PUM---

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  5. Hala! gracias a todos. No había visto los comentarios.
    Qué ilusión me hace que os guste... me anima a seguir escribiendo cosillas.

    Jesus, el aparato que cuentas sí que es ACME total! Me mondo.

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  6. Me encanta la historia, claro que tengo un poco de ventaja sobre otros lectores, conozco a los personajes y me ha parecido verlo en vídeo.

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  7. Qué bueno, claro! tú los conoces a todos.

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